¿Alguien está buscando aún qué postre hacer por San Valentín? Pues aquí está uno ideal para la ocasión. Una mousse de chocolate sencilla y rápida de hacer aunque deliciosa. ¿Dos ingredientes? Pues sí, sólo chocolate y agua (bueno, y azúcar si se quiere) ya que, en realidad, usamos una técnica inventada por un químico francés llamado Hervé. Ni huevos, ni nata, ni nada de nada. Eso sí, el chocolate ha de ser de la mejor calidad posible. Lo que sí debemos es de tener un cuenco grande donde pondremos agua con hielo y otro dentro donde varillaremos la mousse, así que hazte con las mejores varillas que tengas.
Ingredientes: 265 g de chocolate puro de buena calidad (70% de cacao mínimo), 240 ml de agua, 4 cucharadas de azúcar, agua, hielo.
Preparación: ponemos el agua con el hielo en un recipiente grande tipo ensaladera. Metemos otro cuenco dentro para que vaya enfriando.
Mientras tanto, troceamos el chocolate y lo ponemos en un cazo mediano. Añadimos los 240 ml de agua (y el azúcar si queremos), y derretimos a fuego medio, removiendo la mezcla de vez en cuando. Cuando el chocolate se haya derretido por completo, retiramos del fuego y vertemos la mezcla en el cuenco que teníamos enfriando metido en el agua con hielo. Empezamos a remover con una varilla de mano hasta que adopte la consistencia de nata montada, y que al coger una cantidad con las varillas la crema no se desprenda. No interesa pasarnos con el proceso de varillado porque perderíamos la textura que pretendemos conseguir y nos saldría la mousse grumosa.
Repartimos la mezcla en cuencos individuales, y acompañamos con un poco de nata montada y corazones de chocolate o fresas cortadas (por darle un toque de San Valentín).
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